COBERTURA

Sufro, sufro, sufro o cómo me empedé con San Pascualito Rey

Por: Daniel Corona

“Tequila, tiene que ser con tequila”, pensé al saber que podría cantar en la “comodidad” de mi hogar, en vivo y en directo Sufro, sufro, sufro el primer disco de una de las bandas con las que me he empedado cantando a todo pulmón: San Pascualito Rey.

Y cómo no, si sus canciones son tan desgarradoras como el frío que tendría que aguantar si se hubiese ido a su concierto cancelado en el Metropólitan el pasado 16 de octubre. Me desgarré la garganta cantando y con unos caballitos de Herradura Reposado en lugar de por el frío. Así se disfruta el dolor.

En fin, fue en mi recámara, a las 8:16 de la noche, con el aire frío como cobija y mis lentes con filtro de luz azul, cuando empezaron a tocar “Te voy a dormir” y le di mi primer beso al caballito de tequila.

Mandaron saludos a origen de los mensajes que llegaban, como Colombia, Nueva Yok o Atizapán. “Vamos a iniciar este viaje con un integrante de la familia” e invitaron a Alex Nexus, con quien tocaron “Espero”.

La desinhibición del tequila me recordaba que estaba solo en mi recámara… ¡pero qué diablos! ¡Estaba en el concierto de una banda apasionada, que interpretan sus canciones con la carne viva! “Esta canción tuvo una gran recepción en la comunidad dark”, adelantó Pascual antes de entonar una de mis favoritas de la banda: “Beso de muerto”. Me acabó de chingar.

Llegaron recuerdos a la cabeza con sus notas. Primero sentí tristeza, lástima, cuando ella me dijo; sabía que era perdedor de una competencia perdida por default contra alguien que siempre estaba con ella. Pero después supe que fue una jugada perfecta, una sentencia eterna a la friendzone contra mí. En fin, recuerdos con “Beso de muerto”. De eso se trata este concierto, ¿no? Mi atención regresó al concierto

Tomar tequila es un rito. Se degusta fumándolo, así que percibe su sabor, el aliento del agave. La siguiente canción fue un espléndido pretexto para dar un largo trago, un apasionado beso al licor. Mi rola favorita de San Pascualito ya sonaba: “Si pudieras ver”.

En los mensajes del público, Pascual leyó “Pascual asme un hijo”, a lo que él respondió que con él (sí, era hombre) no porque le faltaba “hache” y “zeta” a “hazme”. Ja, ja, ja. La neta el Pascual.

Después de cantar “Hoy no es mi día”, “Flush”, “Historias” y “Nos tragamos”, leyeron más mensajes, muchos para las ex parejas… ¡qué hueva, la neta! Estuvo mejor otro mensaje que pedía rolaran la mota, ja, ja. Pues al fin ya es legal, ¿no?

El pastito vacilador es te lleva al mismo lugar que el título de la canción que interpretaron con el violinista Israel Torres, el siguiente invitado: “Cerquita de Dios”. Por desgracia, el micrófono de Alex Nexus estaba apagado y no se escuchó su voz. “Es nuestro streaming, es nuestro pedo”. Y la tocaron de nuevo.

Las luces en el estudio cambiaban de color. “Tuyo” y “Tírame” retumbaban en mi gracias a los audífonos de diadema en este concierto, parecían un susurro al oído, un susurro estridente, ensordecedor de conciencias. El tequila no provoca alucinaciones ni ampliación de los umbrales de los sentidos, ¿verdad? Entonces era el concierto en sí, ja, ja.

Después de cantar “Solares”, Pascual dijo que darían un adelanto a Animanecia. “Entre la sombra y el silencio” en verdad es una muestra que el nuevo disco de San Pascualito Rey es una gran producción, con sonido evolucionado y revolucionado. Me quedó un gran sabor de oído.

Fue un gran día para Pascual, ya que el 21 de noviembre es también su aniversario de bodas y fue una ocasión destinada para también cantar una canción que le compuso a Karla, su esposa. “En la oscuridad” sonó con fotos de ellos dos en marca de agua en la pantalla de la transmisión. Ya no sabía si mis lágrimas eran de cocodrilo o de tequila.

El dark se había tocado ya y faltaba lo guapachoso para cerrar con broche de oro el setlist. “Flush Cumbia” y “Disturios Punk” hicieron lo propio para cerrar, con los invitados en escena, “Caminito” terminó con los músicos retirándose de escena uno por uno.

Vaya, hay que verle el lado positivo a todo: tomando tequila, cantando, bailando y mentando madres hasta que se me hicieron los brazos chiquitos… y sin frío. Viéndolos por ese lado, estos conciertos a distancia son la neta. Claro que se extrañan los aplausos y las almas reunidas en un solo lugar, pero a esto hay que verle el lado positivo y aprovecharlo… además de tomar “solo” en casa.

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